Las pruebas que se celebran en zonas aisladas como el Rally de Nueva Zelanda, en islas, caso del Rally de Córcega o el Rally de Chipre, por la poca notoriedad o simplemente por las adversas condiciones climatológicas en las que se disputan como el Rally de Suecia, contrastan con otras que si han tenido que enfrentarse al control del numeroso público y que ha obligado en muchas ocasiones a suspender tramos.