A las pocas semanas de la gesta en Badajoz, el entrenador Manolo Jiménez no renovaba y se traía a un técnico reconocido en España como era Iván Brzic. El inicio fue demoledor y supuso el cese inmediato del técnico yugoslavo en la undécima jornada (una victoria en la jornada inicial, un empate y nueve derrotas). El lunes siguiente, el Granada hizo oficial que Lucas Alcaraz se haría cargo del equipo hasta final de temporada.